
La salida programada a las 17:00h del viernes 30 estuvo llena de anécdotas, chascarrillos y comentarios mientras esperábamos el autobús, que nos trasladaría hasta Évora (fotos),ciudad Patrimonio de la Humanidad, situada en el (AltoAlentejo), vía Rosal de la Frontera, “nos callo lo mas grande” de agua y después de alguna equivocación de trafico por fin llegamos al Hotel Albergaría Vitoria (fotos) , un coqueto hotel donde el amigo Antonio Bravo, nos esperaba para degustar una estupenda y suculenta cena con unos variados entremeses, bacalao, chuletón y postres de los que el grupo dio buena cuenta, pues durante la cena “no hablo ni dios”, señal de que había “muchaa jambree”….
La mañana del sábado, nos dirigimos a visitar la bodega “Adega Mayor” (fotos) de un bonito diseño minimalista del arquitecto Álvaro Siza situada en el termino de Campo Maior (Portalegre) en compañía del prestigioso enólogo portugués Paulo Laureano quien nos dió una amplia y extensa disertación sobre los vinos alentejanos , pasando después a una degustación de los vinos de la bodega, tras un suculento almuerzo en el restaurante Az-zait (fotos) , y “sin siesta ni na” marchamos a Casa Branca para ver la joya del dia ,una bodega de principios del siglo XX, Herdade do Mouchao (fotos) , propiedad de una familia inglesa llegada al Alentejo para comerciar con el corcho, lástima que estábamos un poco cansados por el dia y no pudimos disfrutar más de la visita. La esplendida cena que nos esperaba no tenia desperdicio con entremeses de pulpo asado, bacalao y unas estupendas perdices de las que los amigos Paco, Arana y Kiko no dejaron “ni los huesos”…..y por supuesto el bueno de José Luis, nuestro chofer.
Después de la cena obsequiamos a nuestros amigos portugueses con sendos platos de recuerdo de la visita y nuestro incondicional agradecimiento por el magnífico y exquisito trato recibido durante nuestra estancia en esa bonita ciudad de Évora, con su magnífico Templo romano de Diana, la Catedral románica de 1186, reconstruida en gótico en el siglo XV y sus bonitas casas y calles empedradas.
El retorno del domingo tuvo una última comida en la localidad algarvia de Altura, organizada por nuestro amigo Antonio “el nariz” con su peculiar estilo nos llevo hasta el restaurante “Bate que eu abro” donde degustamos unas zapateiras y un arroz con rape para finalizar con dulces y bicarbonato para José Luis, nuestro intrépido chofer.
Marques del Titán
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